OFRENDAS A LOS DIOSES EN LA INDIA (2)
La ceremonia tradicional de ofrenda recibe el nombre de
“pûjâ”=”de donde nace el logro de los frutos”. Está basado en los rituales que
se describen en los textos llamados “âgama”. Este tipo de adoración se puede
realizar en el templo o en el propio hogar. La práctica de la pûjâ está
dispuesta en los “dharmashâstra” y es esencial para la purificación de la
mente.
Según el dogma son cinco los actos de adoración que pueden
practicarse, los llamados: brahmayajña, pitriyajña, devayajña, bhûtayajña y
nriyajña. La pûjâ se suele realizar a diario. Dos horas antes no se pueden
tomar alimentos. La salida y la puesta del sol son los mejores momentos según
la tradición y es normal que la adoración la realice el cabeza de familia.
La habitación en donde se coloca el ídolo en el hogar no se
utiliza para otros propósitos que los de la adoración, la meditación y el
estudio.
La manera de realizar el sacrificio es la siguiente: el
devoto debe levantarse durante el Brahmâ muhûrta, momento idóneo para los actos
religiosos. Debe concentrarse en su dios, para luego recitar una oración en el
nombre de la deidad y dedicarse a su limpieza personal. Tiene que hacer sus
abluciones, vistiendo ropas lavadas y limpias. Seguidamente debe entrar en la
cámara de las ofrendas, con la mente concentrada en los ritos, y preparar la
ofrenda de flores y frutos.
La ofrenda comienza con una postración ante la imagen del
dios. También es normal realizar el “pradakshina”, que es un triple recorrido
alrededor de la imagen en el sentido de las agujas del reloj y que tiene como
fin el apartar de la mente del devoto los asuntos y preocupaciones
insignificantes, simbolizando su llegada a un plano distinto de conocimiento.
La ofrenda continua con el “âvâhanan” o invocación, en la
que por medio de oraciones, se despierta al dios que se encuentra dormido en su
imagen. Seguidamente viene el “âchamanan” o acto de beber agua para
purificarse. Con la cucharilla en la mano izquierda se echa una cucharadita de
agua en la mano derecha para lavarla. Con otra cuchara se recita una oración y
se bebe el agua de la cuchara.
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