LOS AMANTES MARIPOSA (LEYENDA CHINA)
En Shangyu, al noroeste de Zhejiang, China, vivía la
hermosa joven Zhu Yingtai, única chica de nueve hermanos, hija de una familia
noble, los Zhu. Después de mucho insistir, logró convencer a su padre que la
dejara ir a estudiar a Hangzhou, pero lo extraño es que quería ir disfrazada de
hombre.
Durante su estancia en la escuela, conoció a Liang Shanbo,
un estudiante de Kuaiji (hoy Shaoxing), una ciudad de su misma provincia. Desde
el principio parecía que se conocían desde siempre. Durante los tres años que
duraron sus estudios, compartieron la misma habitación, hasta compartieron la
cama, ya que solo había una.
Yingtai poco a poco se enamoró de Shanbo. A pesar de estar
siempre juntos, él muy despistado, no se dio cuenta de que su compañero y gran
amigo es una chica. A los tres años, ella recibió una carta de su padre, que le
pedía que vuelva a casa rápidamente. Se despidió del muchacho y empezó a
prepararse para irse.
Yingtai sabía que siempre amaría a Shanbo. Así que antes de
irse, le contó a la esposa del director de la escuela, su verdadera identidad y
le pidió que le entregase a él su colgante de jade como regalo.
Shanbo acompaño a su amigo durante 18 millas hasta que se
despidieron. Durante su viaje de despedida, ella intentó explicarle su secreto,
pero él no se dio por enterado. Finalmente ella tuvo una idea, le diría a
Shanbo que hará de casamentera entre él y su hermana inventada. Antes de
despedirse, Yingtai le recordó a Shanbo que debía visitarle en su casa y así
podría pedir en matrimonio a su hermana, que era ella misma.
Cuando Shanbo fue a visitar a Yingtai descubrió quien era
ella en realidad, en ese mismo instante, se dieron cuenta de que estaban
enamorados y que si no podían vivir juntos, morirían juntos. Ella le cuenta que
sus padres la obligan a casarse con Ma Wencai, un viejo y rico caballero.
A Shanbo se le rompió el corazón. Se puso enfermo hasta que
murió en su oficina de magistrado del condado.
El día en que Yingtai se iba a casar con Ma Wencai, el
viento la llevó hasta la tumba de Shanbo. Delante del sepulcro, llorando
desconsoladamente, pidió a la tumba que se abriera.
De repente, se oyó un trueno y la tumba se abrió. Yingtai
saltó dentro para reunirse con su amado. Los espíritus de Shanbo y Yingtai se
convirtieron en dos bellas mariposas que salieron de la tumba volando juntas,
para siempre, sin nada ni nadie que les separase.
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