19 de agosto de 2014

EL INTENTO DE ASESINATO A LUIS XV


El 5 de febrero de 1757, el rey Luis XV de Francia (1710-1774), fue víctima de un intento de asesinato, cuando subía a su carruaje, el culpable, que se abalanzó sobre el rey con la intención de asesinarlo, fue el ex soldado Robert François Damiens (1715-1557).

No lo consiguió porque su navaja, de dos filos y ochenta y un milímetros, estaba desafilada, y gracias a que el rey, debido al frío, llevaba muchas capas de ropa y eso ayudó a amortiguar los navajazos.

El homicida fue detenido y torturado. Se le aplicaron en los pies, unas pinzas al rojo vivo que le quemaron el talón de Aquiles, él no habló. La noche del 17 al 18 de enero, fue llevado a la Conciergerie, allí intento suicidarse cortándose los genitales, no lo consiguió, y como castigo le ataron los pies y las manos con correas de cuero a su cama.

El proceso por el intento de asesinato se abrió el 12 de febrero, Damiens fue condenado a muerte. El 28 de febrero se cumplió su condena, que fue así:

El tormento duró horas, ante el terror de los espectadores. Fue torturado con tenazas al rojo vivo; su mano, sujetando el cuchillo que había usado en su intento de asesinato, fue quemado con azufre; sobre sus heridas le tiraron vera derretida, plomo y aceite hirviendo.

Después de varias horas de agonía, lo dejaron en manos de Charles-Henri Sanson, el verdugo real, y ayudado por dieciséis asistentes, el pavor siguió:

Le ataron caballos a sus brazos y piernas, las extremidades del reo no se separaron fácilmente, después de algunas horas más, le cortaron los ligamentos con un hacha. Después de un nuevo tirón de los caballos, Damiens fue desmembrado y su torso, todavía vivo, según contaron los testigos, fue arrojado al fuego.

El 29 de marzo la casa natal del asesino fue destruida con la prohibición de volver a construirla. Su esposa, su hija y su padre fueron expulsados del reino, bajo pena de muerte inmediata en caso de volver.

La ejecución fue presenciada por Giacomo Casanova, en sus memorias, la mencionó:

“Tuvimos el valor de presenciar la espantosa visión durante cuatro horas… Damiens era un fanático que, con la idea de hacer una buena obra y obtener la recompensa celestial, había tratado de asesinar a Luis XV; y aunque el intento fue un fracaso, y solo produjo en el rey una leve herida, fue arrancado en pedazos como si el crimen hubiera sido consumado… En varias ocasiones me vi obligado a apartar la cara y taparme los oídos mientras oía sus desgarradores alaridos, después de que la mitad de su cuerpo se hubiera separado de él…”

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