28 de agosto de 2014

SON COSAS DEL AMOR


Sally Mutton, de Bristol, fue declarada clínicamente muerta en 1900. Su esposo se resistía a aceptar el espantoso diagnóstico y convivió con ella como si siguiera viva. Todos los días le acercaba leche caliente a los labios para que recuperara el color. Veinte años más tarde, recobró la conciencia y vivió cuarenta años más que su marido.

Nigel Wilks y Bervely Russell se casaron en Humberside (Inglaterra) en 1984, tenían 21 años. Él medía 2’6 metros de estatura y ella, enferma de los huesos, 1’19 metros.

Hsiang Chi, comandante del ejército chino, cuya esposa se suicidó porque no podía soportar los peligros a los que él se enfrentaba cada día, llevó la calavera de ella colgada en la silla de montar los 31 años restantes de su vida.

Octavio Guillén y Adriana Martínez tenían 82 años cuando, después de 67 años de noviazgo, se casaron, en México, en el año 1969.

Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV era una mujer bellísima. Cuentan que un día en la Corte, mientras mantenían una conversación sobre amores y pasiones, Isabel preguntó a D. Juan de Tassis Peralta, III Conde de Villamediana y Correo Mayor de España: -“Y vos, ¿a quién amáis, Conde? Hacedme el retrato de quién reina en vuestro corazón”. El conde, se levantó y regresó con algo envuelto en una tela: se trataba de un espejo.

El escritor árabe Razis, cuenta esta historia:

Un hombre se había casado con una mujer que había perdido la visión a causa de una viruela que padeció pocos días después de comprometerse.

El novio se tapó los ojos y les dijo a sus amigos que tenía una grave enfermedad en los ojos. Poco después contó que su enfermedad se había complicado y que se había quedado ciego.

La boda de la pareja, se celebró, y estuvieron juntos veinte años. La mujer falleció y el marido se quitó la venda de los ojos que estaban perfectamente sanos y sin ninguna clase de enfermedad ni ceguera.

Le preguntaron el motivo de que hubiera actuado de ese modo, él respondió:
-Yo no me quedé ciego, pero quise pasar por invidente para no apenar a mi esposa, y vivir en igualdad de condiciones.

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