LA BUENA ESTRELLA DE FRANO SELAK

Frano Selak (1929) es un profesor de música croata, que se le conoce como “el hombre más afortunado del mundo. Ha logrado escapar de una muerte segura en más de siete ocasiones y de ganar casi 700.000 euros a la lotería.

En enero de 1962, viajaba en un tren de Sarajevo a Dubrovnik. El tren descarriló y cayó en un río helado, murieron diecisiete pasajeros. Frano consiguió nadar hasta la orilla y ponerse a salvo, a pesar de su hipotermia, el shock traumático y la rotura de un brazo.

Un año después, viajaba en un avión de Zagreb a Rijeka cuando el viento arrancó de cuajo una puerta, Frano fue absorbido por el exterior. Minutos después el avión se estrelló, murieron diecinueve personas. Él se despertó en un hospital, y al preguntar qué había pasado le contaron que, le habían encontrado sobre un montón de heno con heridas leves.

En 1966 viajaba en un autobús que se salió de la carretera y cayó en un río. Murieron cuatro personas, él sufrió heridas leves.

En el año 1970 conducía su coche cuando de repente este empezó a arder. Consiguió parar y salir antes de que el depósito de gasolina explotase.

En 1973, un surtidor de gasolina defectuoso derramó combustible sobre el motor del coche nuevo de Selak, éste comenzó a arder de tal manera que saltaron llamas al interior del vehículo por los conductos de aire. Perdió todo el pelo.

En 1995, fue atropellado por un autobús en Zagreb, sólo sufrió heridas leves.

En el año 1996, conducía por una carretera de montaña, al tomar una cuerva vio venir de frente un camión. Al darse cuenta del peligro que corría, lanzó el vehículo a través del quitamiedos, se tiro del coche en marcha, aterrizó en un árbol al borde del precipicio, desde allí vio como su coche explotaba 100 metros más abajo. Heridas leves, de nuevo.

En el mes de junio del 2003, Frano compró un boleto de lotería, después de cuarenta años sin hacerlo. Ganó más de un millón de dólares. Se compro una casa en una isla privada del Adriático, un coche, un barco, y además se casó con su novia (había estado casado en cuatro ocasiones anteriormente).

Cuando contaba con 81 años, vendió su casa de lujo dando su fortuna a familiares y amigos y regresó a su modesta casa en Petrinja. Solamente se quedó con un poco de dinero para pagar la operación de cadera de su esposa y para construir un santuario a la Virgen María para agradecer su suerte en la vida.