10 de abril de 2021

ELABORANDO BASILISCOS CON EL MONJE TEÓFILO

 

Teófilo, cuyo verdadero nombre era Rogerus, fue un monje del siglo VII que vivía en el norte de Germania, escribió un libro llamado “De los diversos artes”, en el cual explicaba cómo los alquimistas fabricaban el oro español. Oro especialmente maleable y muy fácil de trabajar.

Para ello el primer paso era generar basiliscos, o lo que es lo mismo, reptiles puestos por un gallo viejo, dice:

“Tienen bajo la tierra una habitación en que el techo, el piso y todas las partes son de piedra, con dos pequeñas ventanas tan angostas que apenas se puede ver a través de ellas. Colocan en ella dos viejos gallos de doce o quince años y les dan de comer abundantemente. Cuando están suficientemente gordos, por el calor de su gordura, se aparean y ponen huevos. Entonces, retiran a los gallos y en su lugar colocan sapos para empollar los huevos, a los que se alimenta con pan.

Una vez los huevos empollados, nacen polluelos machos, como los de las gallinas, a los que al cabo de siete días, les crece cola de serpiente. Inmediatamente, si la pieza no tuviera el piso de piedra, entrarían en la tierra.

Para prevenir esto, los que los crían tienen unas vasijas redondas de bronce, de gran capacidad, perforadas por todas partes con orificios con tapas de cobre y los entierran durante seis meses. Los polluelos se alimentan de tierra fina que penetra por los agujeros.

Después de esto, sacan las tapas y les prenden fuego hasta que los animales estén completamente quemados. Una vez enfriados, los sacan y los muelen cuidadosamente agregando un tercio de sangre de hombre pelirrojo. Esta sangre desecada será triturada. Ambas cosas reunidas son remojadas en vinagre fuerte en una vasija limpia.

Enseguida, se toman dos láminas muy delgadas de cobre rojo muy puro, se esparce sobre cada lado una capa de la preparación y se ponen sobre el fuego. Cuando se han calentado al blanco, se retiran, se apagan y se lavan en la misma preparación. Se sigue este procedimiento hasta que la preparación haya corroído todo el cobre, de ahí el peso y el color del oro. Este oro está listo para todos los trabajos”.

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