ESTAR EN BABIA
La expresión “Estar en Babia” tiene su propia historia:
Babia es una recóndita comarca de León que limita con
Asturias. Era el lugar favorito de de los reyes de León, en la Baja Edad Media.
A menudo, el rey, cansado de los asuntos de palacio y las intrigas de los
nobles, se apartaba a Babia para relajarse.
Estas ausencias reales tenían preocupados a los vasallos ya
que cada vez que alguien preguntaba por su señor, respondían con evasivas que
el rey estaba en Babia, lugar muy conocido por sus caballos pequeños y
robustos. Cuentan que el caballo del Cid Campeador era de este lugar.
Gómez de la Serna, publicó en el año 1953 en el diario ABC
lo siguiente:
“¿Qué por qué se dice estar en Babia cuando se está como
ausente o ajeno a lo que sucede en torno? Verás, lector. Parece que los reyes
de León gustaban, como gente fina que eran, de pasar largas temporadas de
verano en Babia, cuando todavía los duques de Luna no habían fijado allí su
puesto de mando para expoliar al país. Babia era una legión placentera…,
guardada por gente pacífica e hidalga, leal al rey y, entonces, como buenos cazaderos
de osos, corzos y jabalíes.
Ordoños, Ramiros, Alfonsos
y Fernandos se encerraban en Babia muchas veces, huyendo de las intrigas
de la Corte y de las ambiciones de nobles y prelados empeñados en instaurar la
modalidad feudal. A veces, los fieles súbditos leoneses echaban de menos a su
monarca, ausente, mientras los intrigantes repetían: “El rey está en Babia”. Y
con esto daban a entender que Su Alteza no quería saber nada de nada”.
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