LA RELIGIÓN Y SUS HISTORIAS
En uno de los mejores hoteles de Java, hay reservada
perpetuamente una habitación con baño para la diosa del Mar del sur, Njai Loro
Kidul.
El 25 de diciembre no se celebraba el nacimiento de Cristo
hasta el año 440.
Francis Asbury, el primer obispo de la Iglesia Metodista
Episcopal de los Estados Unidos, recorrió 434 522 kilómetros en las zonas
fronterizas, entre 1771 y 1816, predicando a los pioneros del Oeste Americano.
Predicaba en cualquier lugar donde podía reunir a un grupo de gente.
En 1831, William Miller comenzó a predicar que el mundo iba
a llegar a su fin el 3 de abril de 1843. Dijo que su descubrimiento estaba
basado en un profundo estudio de la Biblia, y convenció a miles de
norteamericanos. Cuando llegó el día, sus seguidores se reunieron en las
cumbres de las colonias y en los cementerios, y esperaron. Muchos habían
quemado sus bienes o los habían regalado. Cuando pasó el 3 de abril sin que
pasara nada, Miller fijó una nueva fecha, el 22 de octubre de 1844. Muchos
fieles seguidores se reunieron de nuevo. El movimiento Millerita declinó
entonces. Los cínicos afirmaban que al llegar cada día el último del mundo, la
leñera de Miller y su despensa se encontraban repletas.
Aferrándose a su creencia que solo el Señor da y solo el
Señor quita, los mormones rehusaron la ayuda del gobierno de los Estados Unidos
durante la Depresión de 1930.
En tiempos medievales se consagraban con frecuencia las
campanas, para alejar a los malos espíritus. Como las tormentas se atribuían a
obra de los demonios, debían tocarse las campanas tratando de detener las
tempestades. Muchos campaneros murieron a causa de los rayos.
A pesar de que la Iglesia, durante el Renacimiento,
reprobase lo oculto, como rayando en la herejía, el papa Julio II fijó el día
de su consagración, en 1503, de acuerdo a cálculos astrológicos.
Aunque el budismo empezó y floreció en la India, en el año
1200 casi había desaparecido allí, pero había ganado numerosos seguidores en
Ceilán, Birmania, Tibet, China y Japón.
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