2 de octubre de 2019

ANIMALITOS


La anguila eléctrica, Electroptiourus electricus, puede emitir una descarga de 600 voltios durante unos milisegundos.

Los dientes fósiles del pez Lepidotes, del jurásico, fueron llamados bufonitas. Consideraban que estas piezas dentales eran joyas que se formaban en la cabeza de los sapos.

El tronco del tejo del Pacífico, Taxus brevifolia, tarda más de cien años en alcanzar 25 centímetros de diámetro.

Enlazando todas las raíces de una sola planta de trigo se podría hacer un hilo que uniría Madrid y Toledo.

Una vaca emite a la atmósfera 182 500 litros de metano al año.

Una colonia de murciélagos puede ingerir más de 150 000 kilos de insectos en una sola noche.

Para sobrevivir, la musaraña enana Suncus etruscus tiene que comer diariamente el doble de su peso corporal, es decir, entre tres y cinco gramos de comida. Conseguir esta ración es vital para este pequeño animal, ya que si ayuna durante algo más de nueve horas puede morir.

El ornitorrinco tiene en su hocico en forma de pato miles de receptores capaces de detectar las más leves variaciones eléctricas de su entorno.

Tratando con testosterona a las hembras de los pájaros cantores, se puede lograr que canten igual que los machos.

Se cree que en los arrecifes de coral habitan más de 750 000 especies de animales. Los científicos no conocen ni la décima parte de ellas.

Algunas ranas, como la australiana Rheobatrachus silus, se tragan los huevos para incubarlos en su estómago. Con el fin de evitar que los jugos gástricos los ataquen, las hembras dejan de alimentarse durante el período reproductor e interrumpen la secreción de ácido clorhídrico y pepsina en la cavidad estomacal.

Los egipcios sabían entrenar a los mandriles para que sirvieran las mesas.

Algunas especies de caracol pueden tener hasta 25 000 dientes.

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