EL SEXO EN LA HISTORIA-3
Las mujeres nigerianas creían que podían quedarse
embarazadas sin ayuda del hombre. Piensan que la Gran Madre Luna les enviaba al
Pajarito de la Luna para que tuvieran hijos.
Giovanni Benedetto Sinabaldi, afirmaba en su obra Geneatro
piae, que todas las mujeres son lascivas, pero las pelirrojas las que más.
En el siglo XVII, algunos médicos sostenían que a los
promiscuos se les ponía la nariz roja, padecían gota crónica, alopecia y, a los
más viciosos, les salía chepa.
La hembra de la hiena manchada tiene un enorme clítoris que
se parece a un pene.
En el siglo pasado todavía había médicos que aconsejaban que
los adolescentes llevaran cinturones de castidad para evitar la masturbación y
anillos con clavos interiores para impedir la erección.
Para evitar ser atacados por los machos más potentes,
algunos peces sol aparentan ser hembras. Así disfrazados, se cuelan en sus
madrigueras y dejan caer el esperma.
Para que la película El imperio de los sentidos (1976), del
director japonés Nasiga Oshima, pudiese exhibirse en las pantallas niponas,
tuvo que ser sometida a un tratamiento muy especial. Debido a que en Japón,
incluso en los estudios de revelado, está prohibida la visión del vello púbico,
la copia fue revelada en Francia y las partes íntimas de los actores fueron
acrografiadas.
La ceguera fue uno de los males extendidos en la Edad Media,
debido a la falta de higiene de quienes sufrían enfermedades venéreas.
Los carneros disponen de una reserva de semen suficiente
para 95 eyaculaciones, el conejo para 30 y el hombre para dos o tres.
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