EL SEXO EN LA HISTORIA-2
Según Hipócrates,el útero de las mujeres que no practican
asiduamente sexo se deseca y cierra herméticamente, lo que atormenta a todo su
cuerpo.
Para saber si una mujer era fértil, los médicos del antiguo
Egipto le hacían sentarse sobre una mezcla de dátiles y cerveza. Si vomitaba
era signo de que podía quedarse embarazada.
Paracelso decía que el semen provenía de todas las partes
del cuerpo y que acudía a los testículos durante el acto sexual.
Los aztecas se excitaban sexualmente bebiendo chocolate.
Los godos enterraban vivo a todo aquel sospechoso de ser
homosexual.
Solo la hembra del topo y de la hiena comparten con la mujer
el hecho de tener himen.
Según dicen, una de las fantasías del poeta británico Lord
Byron (1788-1824) era la de disfrazar a sus amantes con ropas de hombre para
hacerlas pasar por sus primos en los hoteles donde se citaban.
Los testículos de los europeos tienen el doble de tamaño que
los de los chinos.
Entre los pueblos germanos, el adulterio estaba penado con
la quema de la mujer. El amante era ahorcado sobre sus cenizas.
Para conseguir que la actriz Hedy Lamarr simulara una
expresión de orgasmo en una de las escenas de la película Éxtasis (1932), su
directos, Gustav Macharty, le propinó un pinchazo con un alfiler en las nalgas.
En la China del siglo XIX, solamente el marido podía
contemplar los pies desnudos de su mujer.
De Serves decía que una de las causas de la esterilidad
femenina es la belleza excesiva. Ello se debe a que estas mujeres atraen más
sangre hacia las distintas partes del cuerpo, de manera que no les queda fluido
libre para formar el semen.
El médico Nicolás Venette (1622-1698) sostenía que la mujer
puede autofecundarse si se le perfora el clítoris.
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