PETROLEO Y ENFERMEDADES
Desde la más remota antigüedad el petróleo y multitud de
sustancias bituminosas eran conocidas y empleadas con fines curativos.
En la Edad Media se empleó el petróleo como remedio para las
enfermedades de la piel y se considera un excelente desinfectante y
hemostático. Se creía que el olor de su humo hacía huir a las serpientes
venenosas y se usó como remedio muy eficaz contra las cataratas o la lepra,
como linimento para curar la gota mezclado con sosa, o contra el dolor de
muelas.
Mezclado con vino se utilizaba contra la tos crónica, la
bronquitis y otras enfermedades respiratorias, mezclado con vinagre era
recomendado a los reumáticos y a los que sufrían de lumbago, se consideraba un
fantástico desinfectante contra las enfermedades causadas por animalillos
invisibles (puede que se refiera a microbios o ácaros).
Los bizantinos, sobre el año 700, crearon con el petróleo
como principal ingrediente el “fuego griego”, que hacían servir como
lanzallamas contra sus enemigos. Además lo colocaban en redomas de vidrio
mezclando el petróleo con cal viva que se incendiaba con la humedad. También se
empleaba el betún como impermeabilizante.
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