5 de septiembre de 2019

REX BIBENDI EN LA ANTIGUA ROMA


Las cenas romanas terminaban con los brindis a los dioses implorando la protección para todos los asistentes, el emperador y la patria. En los festines, después de esta ceremonia comenzaba la “comissatio”, sobremesa o velada nocturna que duraba, muchas veces, hasta el amanecer.

Se trataba de un segundo banquete en el que se alternaban música, juegos, lecturas, discursos, actuaciones de comediantes y bufones, bailes y todo tipo de espectáculos desenfrenados. Los invitados se adornaban la cabeza con coronas de flores, hiedra o laurel en la creencia de que el aroma de estas plantas neutralizaría los efectos del vino.

Se nombraba un rey de la fiesta, “Rex bibendi”, título que casi siempre recaía en el dueño de la casa. Debía ser un experto en banquetes y vinos. Procuraba estar alegre, sin estar borracho. Su misión era que cuidar de que los invitados estuviesen bien atendidos y no se emborrachasen. El rey de la fiesta no debía autorizar las cosas deshonestas, pero no podía poner límites al placer.

En esta fiesta se solía tomar vino caliente mezclado con agua. La mezcla se hacía en la crátera, que era un gran recipiente con patas. para sacar el vino de ella y servirlo en las copas se utilizaba un vaso con un largo mango (cyathus). Las cráteras, cuyo origen es griego, solían estar muy decoradas.

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