SIMEÓN EL ESTILITA
Simeón El Estilita (h. 521-597) pasó los últimos 45 años de
su vida encaramado a una columna de diez metros, enclavada en el Alto de las
Maravillas, cerca de Antioquía, Siria. Parece ser que todo empezó una Pascua en
la que decidió hacer ayuno durante cuarenta días. Para no flaquear en su
promesa, hizo que le atasen a una roca en la que permaneció atado durante ese
tiempo.
Finalizado el ayuno voluntario y viendo que ninguna de las
órdenes religiosas y monacales que existían le ofrecía la forma de vida que
buscaba, decidió irse al desierto y formar su hogar sobre una columna para
estar totalmente aislado del mundo.
En ella solamente cubierto por la piel de un animal, comía
exclusivamente lo que le ofrecían las pocas personas que pasaban por allí. Para
facilitar esa ayuda, hizo que construyeran un rudimentario ascensor para
recibir los donativos.
Su fama de santo varón fue total, le visitaron grandes
personajes de la época, entre ellos el Papa León I y el emperador Teodosio.
Siglos más tarde, el director de cine Luis Buñuel, un gran ateo, rodó una
película narrando la curiosa vida de Simón o Simeón El Estilita.
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