12 de febrero de 2019

DE TODO UN POCO



En Francia, los mendigos hacían un pan al que llamaban de Madame Montpensier. Estaba elaborado con huesos humanos molidos que robaban de las tumbas.

Sófocles, poeta griego, murió en el año 406 a. C. por la impresión que le produjo una noticia que le dieron.

Después de fallecer un ser querido, los hombres gálatas de Asia Menor se disfrazaban de mujer, decían que las mujeres rezan y se lamentan mejor.

Los desaparecidos caspios que vivían en la desembocadura del río Kura, mataban a los hombres al cumplir los 60 años.

Los cananeos practicaban agujeros en las tumbas por los que hacían llegar alimento a los difuntos.

En las cárceles toscanas los presos autores de crímenes pasionales llevaban a su espalda una pancarta que decía: Assassino per amore (asesino por amor).

Los habitantes de algunos poblados galos acostumbraban a coser todos los orificios corporales del fallecido para que no se escapara su espíritu.

En la Edad Media, muchas madres sacrificaban a los recién nacidos para sacarse unas monedas como amas de cría. Esto era debido a que las mujeres ricas preferían contratar a las madres que acababan de perder un hijo. De esa forma, se aseguraban de que la leche no se repartiese entre dos bebés.

A los atenienses suicidas se les cortaban las manos y se enterraban separadas del resto del cadáver.

Los verdugos sicilianos se sacaban un sobresueldo vendiendo a la gente supersticiosa gotas de sangre de los recién ejecutados.

Los cartagineses ejecutaban a los que eran derrotados en el campo de batalla.

Los griegos consideraban sagradas a las víctimas muertas por un rayo.

Para evitar enterrar a gente que parecía muerta pero no lo estaba, un depósito de cadáveres de Viena, unía a los cuerpos sin vida unas placas metálicas. Las placas, al detectar cualquier movimiento, activaban una alarma en el centro de control.

2 comentarios :

Erna Ehlert DICE

Cosas muy curiosas y al mismo tiempo escalofriantes.

Saludos

Ana DICE

Erna, tienes toda la razón, todo es muy siniestro. Besos.