9 de febrero de 2019

GRIMOD DE LA REYNIÈRE Y EL ALMANAQUE DE LOS GOLOSOS


El gastrónomo Grimod de la Reynière nació en París en 1750, sus padres eran muy ricos. Siendo muy joven, a causa de un accidente, casi se queda sin manos. Con mucha constancia consiguió con lo que le quedaba de manos manejarse tan bien como si las tuviera intactas.

Para pasar el rato fundó “El almanaque de los golosos”, cuya publicación costeó durante ocho años, y en 1808 escribió y publicó el Manual de los anfitriones, para inculcar a la nueva sociedad, nacida de la Revolución, los finos modales, así como los preceptos de urbanidad y elegancia que en esos momentos imperaban en París.

En una ocasión organizó una fiesta burlesca en cada de sus padres. Invitó a numerosas personas a comer, todas relacionadas con el mundo de la alimentación: panaderos, carniceros, tocineros, etc., informándoles en las invitaciones que de grasa, unto y cerdo quedarían muy satisfechos. La comida entera se componía de productos de cerdo, y Grimod lo recalcaba a cada manjar: “es un pariente mío, charcutero, el que me provee de estas viandas”.

Como maestresalas de tan singular banquete había contratado saboyanos y los había disfrazado de heraldos de la Edad Media, y para más mofa había colocado en las cuatro esquinas unos chicos vestidos de monaguillos, con su correspondiente incensario encendido y que a una señal suya se acercaban y le hacían desparecer en una nube de humo.

En pleno festín se presentaron los padres, y se sintieron humillados y enfadados. Como castigo le desterraron por Lettre de cachet (por real orden ya que las lettres de cachet venían directamente del rey).

A los seis meses murió su padre y heredó su inmensa fortuna. Grimod de la Reynière fundó y empezó a publicar el “Almanach des gourmands”.

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