15 de febrero de 2019

JEAN-BAPTISTE LAURENS EN MALLORCA


Jean-Baptiste Laurens fue un dibujante, grabador, músico, compositor y organista, muy amigo de Mendelssohn y Schumann. Cuando contaba con 38 años, el 22 de septiembre de 1839, decidió viajar en solitario a Mallorca. Se embarcó en Barcelona en el vapor El Mallorquín, el mismo en el que diez meses antes habían llegado a Palma George Sand y Frédéric Chopen.

Laurens buscaba nuevas fuentes de inspiración, se decantó por Mallorca cuando supo que nunca se había publicado ningún libro de arte sobre la isla. Con sus vivencias escribió el libro “Recuerdos de un viaje artístico a la isla de Mallorca”, además de pintar cincuenta y cinco litografías.

Sobre el traje regional mallorquín dice: “Los hombres son de buena estatura, bello rostro y una fisonomía llena de energía; llevan unos anchos pantalones anudados bajo la rodilla, chaleco y un pañuelo atado a la cabeza; uno cree ver a unos griegos modernos. Sus mujeres e hijas llevan unas faldas de tela azul de algodón, un delantal blancuzco y un corpiño negro de mangas cortas sobre las que dobla una banda de la camisa.

El rebocillo es una gran pieza de calicó blanco con un agujero en el que se enmarca el rostro. Este tocado es notable por lo sencillo y lo extraño, pero tiene el inconveniente de esconder completamente el cuello, el pecho y el contorno de los hombros, cuyo conjunto tiene tanta gracia en la mujer. Por lo demás, esta severidad en el vestido les sienta bastante bien a los rostros de las campesinas de Mallorca, cuyas cualidades particulares y distintivas son los ojos negros, las cejas espesas, la piel morena, la talla altiva y robusta, la regularidad de rasgos y la calma de la fisonomía”.

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