MUJERES EN LOS TEMPLOS EGIPCIOS
El personal femenino de fue distintos en distintas épocas. Desde el Imperio Antiguo se conocen mujeres que ejercían de sacerdotisas de Hathor o de Neith, y también de algún dios. Eran damas de la alta sociedad o hijas de sacerdotes que heredaban la función de su padre.
En el Imperio Medio está comprobado que existía el título de sacerdotisa pura, como en el clero masculino, pero el clero masculino fue excluyendo a las mujeres dejándole tan solo títulos honoríficos, aunque con gran prestigio social.
En el Imperio Nuevo el único papel que se dejó a la mujer en los templos era para aumentar el boato en las ceremonias. Un ejemplo es el de las cantoras, grupo femenino cuya función era simplemente cantar y agitar el sistro en las fiestas y procesiones del dios. Eran laicas y eran muy conocidas en muchos santuarios.
A partir de la XXII dinastía aparecen las “músicas de Amón en el templo de Karnak”. A diferencia de las cantoras éstas eran sacerdotisas, pero su trabajo era el mismo. El clero femenino de Amón incluía concubinas o reclusas, que formaban el harén del dios. Se reclutaban entre las cantoras y músicas, y eran en general esposas o hijas de los grandes sacerdotes de Amón. Una parte de ellas residía en el templo de Luxor, a dos kilómetros de Karnak, cuyo nombre era “Harén del Sur de Amón”.
El papel de las mujeres como sacerdotisas de cultos funerarios desapareció desde el Primer Período Intermedio, quedando reducidas a simples y sencillas plañideras. Estas eran la personificación de las diosas Isis y Neftis que lloraban por su hermano muerto, el dios Osiris, por lo que siendo laicas, las plañideras tenían que cumplir las condiciones de pureza física que requería el sacerdocio.
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