21 de enero de 2016

EL ROBO DE DIAMANTES MÁS GRANDE DEL MUNDO


El 80% de los diamantes sin pulir se encuentran en el Centro Mundial de Diamantes de Amberes. Tiene multitud de cámaras, sensores y mecanismos de seguridad. Pero el 16 de febrero, los trabajadores del centro se encontraron la cámara acorazada abierta. Los ladrones se llevaron el contenido de 123 cajas que guardaban diamantes por valor de más de 100 millones de dólares. El cerebro de la operación, Leonardo Notarbartolo, planeó durante años el robo.

En el año 2000 alquiló una oficina dentro del edificio, y se hizo pasar por comerciante de diamantes, eso le daba derecho a una caja fuerte y acceso al edificio a cualquier hora del día y de la noche. Reunió a los mayores expertos en robos: La Escuela de Turín. Durante la noche del 15 al 16 de febrero del año 2003 perpetraron el atraco del siglo.

Detuvieron a Notarbartolo gracias a las pruebas conseguidas. Fueron condenados a 10 años de cárcel, salió en 2009. El botín sigue sin aparecer.

El robo fue así:

-Una diminuta cámara situada justo encima de la puerta captó la imagen de un guarda marcando la combinación. Esta clave quedó registrada en un dispositivo eléctrico escondido en un extintor que se encontraba cerca.

-Después de introducir la combinación, para entrar a la cámara había que abrir la puerta cerrada con llave. Los ladrones llevaban una copia pero no les hizo falta utilizarla ya que el guarda la había dejado a mano en una habitación de mantenimiento.

-Había un sensor sísmico en el marco de la puerta, para que la alarma saltase a la menor presión.

-Durante el horario laboral la puerta de la cámara acorazada se dejaba abierta, con una reja con candado para evitar el acceso. Una vez desactivado el campo magnético, la puerta abierta y la combinación introducida, se ocuparon del cerrojo de la reja. Para mantener la puerta abierta, utilizaron dos botes de pintura que encontraron en el almacén.

-El día antes del golpe, Notarbartolo entró en la cámara. El guarda lo conocía de otras veces, por lo que no le extraño verlo. Roció el detector de calor con laca para el cabello, quedó inutilizado. Durante el golpe lo cubrieron con una caja de poliestireno para deshabilitar el sensor de movimiento.

-Una vez dentro de la cámara, los ladrones usaron un taladro manual con una fina lámina de metal para reventar las cajas y sacar su contenido. Lo hicieron a oscuras, solo encendían las linternas cuando cambiaban de sitio el taladro.

-La única forma de desactivar el campo magnético que protegía la puerta a la cámara acorazada era introduciendo una clave numérica. Lo que hicieron los ladrones no fue desactivar el campo magnético, sino llevarlo lejos de la puerta.

-Había varios sensores de luz para dar la alarma en cuanto hubiera el más mínimo cambio. Los ladrones inutilizaron esos sensores cubriéndolos con cinta aislante opaca.

-Dos placas de metal en la puerta y en la pared formaban un campo magnético. Los ladrones pegaron con cinta americana una plancha aluminio para mantener las placas en su sitio, y quitaron los tornillos que las sujetaban. Eso permitió alejar el campo magnético de la puerta.

-Se grababan todas las entradas a la cámara acorazada y lo grabado iba directamente a los guardias de seguridad. Los ladrones, nada más entrar taparon las cámaras con bolsas de basura negra para que no pudiese ser grabado el robo.

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