WILL PURVIS Y LA HORCA

Will Purvis, fue declarado culpable en 1894 del asesinato de un granjero de Columbia, lo condenaron a morir en la horca. Will mantuvo siempre su inocencia, maldijo a los jueces y a los doce miembros del jurado, asegurándoles que todos morirían antes que él. Mientras se preparaba su ahorcamiento, el 7 de febrero de 1894, el nudo corredizo de la horca se deshizo. Los verdugos volvieron a atarlo para volverlo a intentar.

La gente que se había congregado para presenciar la ejecución, pensando que lo sucedido era obra de un milagro, gritando y cantando pedían que no se le debía ahorcar. De esa manera se pospuso la ejecución. Los abogados presentaron varias apelaciones, pero no sirvieron de nada. El 12 de diciembre de 1895 se fijó el ahorcamiento.

Cuando faltaban unos días para la ejecución, una noche unos admiradores sacaron a Purvis de la prisión y lo escondió, esperando que llegara una orden del nuevo gobernador que pudiese evitar la inminente muerte de Purvis. En 1896 Purvis se entregó a cambio de un cambio en su sentencia, la horca por cadena perpetua. En 1898, gracias a muchas recomendaciones favorables Purvis fue indultado y liberado de la prisión.

En 1917, Joseph Beard en su lecho de muerte confesó que había asesinado al granjero por el que habían condenado, y casi ejecutado, a Will Purvis.

Purvis murió el 13 de octubre de 1938, tres días después de que muriese el último jurado superviviente del juicio.