ORIGEN DE LA BATUTA

Un objeto parecido a la batuta se cita en un texto griego del siglo VIII a. C., en el que Pherecydes de Patrás utilizaba un bastón de oro, en un concierto de cítara y flauta.

Desde el siglo XV, se había utilizado en la capilla papal. En esos momentos, la música no se dividía en compases, así que era necesario llevarlo con un control externo. Una pequeña varita de madera servía para orientar a los músicos.

Algunos directores preferían no utilizarlos, empleando sus propios trucos, el más utilizado era dar patadas en el suelo o dar palmas con las manos. Esos métodos eran cansados, y sucios, ya que se levantaba una gran polvareda, tanta, que era necesario abrir las ventanas y puerta para ventilar la sala de conciertos.

Desde finales del siglo XVIII era el primer violín quien dirigía la orquesta, se colocaba junto a la concha del apuntador, de espaldas a los músicos. Antes de esto el director ocupaba el centro de la orquesta, tocando con una mano el clavicordio o el órgano, mientras con la otra dirigía a los músicos. En 1876 el director se colocó por primera vez frente a la orquesta, dando la espalda al público.

La actual batuta la utilizó por primera vez el compositor y director de orquesta Carl María Von Weber en 1817, en Dresde, Alemania. Tuvo muchas críticas del público. Pronto fue imitado por los grandes músicos de la época. Entre ellos Felix Mendelsshon y Luis Spohr.

Las batutas están graduadas en varios tamaños, lo normal es que tengan el mismo tamaño que el brazo empezando a contar desde el codo hasta el dedo anular, aunque puede variar. Los materiales más comunes en su fabricación son la madera de abedul y la fibra de vidrio o grafito.