HISTORIA DE LA AROMATERAPIA
La utilización de incienso en las ceremonias de algunas
religiones también tenían efecto terapéutico, gracias a las gomas y resinas que
lo componen, se usaba como antiséptico para las vías respiratorias, además de
ayudar a entrar en un estado de meditación y reflexión a los fieles.
Los extractos aromáticos y las plantas han sido muy
apreciados por las civilizaciones antiguas, desde Babilonia y Persia hasta la
India y China. Los textos médicos antiguos de estos países (hace unos 3.000
años) especifican muchas plantas aromáticas y sus usos.
Algunas de estas descripciones se encuentran en los antiguos
escritos egipcios. Ellos utilizaban las plantas aromáticas en todos los
aspectos de su vida; la perfumería, la cosmética, la medicina, y para
embalsamar a sus difuntos. En la tumba de Tutankamon se encontraron botes de ungüentos
que contenían resinas conservantes como el incienso, no habían perdido su aroma
a pesar del tiempo que había pasado desde que se enterraron.
Tiempo después fueron utilizados por los griegos y romanos
como medicina y en los baños públicos. Los ejércitos romanos emplearon a
médicos griegos y fueron estos quienes dieron a conocer las plantas aromáticas
a muchos países.
Galeno fue el inventor de la crema de limpieza original y
que terminó por convertirse en el médico personal del emperador Marco Aurelio. Gracias
a que Galeno escribió muchas obras sobre medicina y salud, estos conocimientos
llegaron hasta Bizancio, en Grecia.
Los países árabes fueron los siguientes en conocer los
beneficios de la aromaterapia. En el siglo XIV, Bagdad progresaba gracias a ser
el centro de la industria de las rosas, exportando agua de rosas a lugares como
la India. Se cree que el primero en aplicar la destilación fue Avicena (médico
y filósofo).
Ya que las gomas y resinas de Asia no eran fáciles de obtener
en Europa, también se utilizaron plantas nativas del Mediterráneo como el
romero y el tomillo para elaborar aceites esenciales. En Francia se utilizaban
en el siglo XX estas hierbas aromáticas en los hospitales, con el fin de
fumigar el aire y evitar enfermedades.
El encargado de acuñar la palabra “Aromaterapia”, fue el
francés, René Gattefosse, hace unos 50 años. René trabajaba en la industria del
perfume, en una ocasión se quemó la mano en el laboratorio, se aplicó aceite
esencial de espliego para refrescar los tejidos quemados, y descubrió que
cicatrizaba rápidamente sin dejar cicatriz.
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