10 de enero de 2014

HISTORIA DE LA AROMATERAPIA


Una de las maneras más primitivas para curar las enfermedades se basaba en quemar plantas aromáticas. Este procedimiento se solía combinar con varios rituales y algunas prácticas religiosas. Algunas veces se quemaban plantas que eran capaces de alterar la conciencia, de esta manera se alteraba la conciencia y se vivía una experiencia mística y espiritual.

La utilización de incienso en las ceremonias de algunas religiones también tenían efecto terapéutico, gracias a las gomas y resinas que lo componen, se usaba como antiséptico para las vías respiratorias, además de ayudar a entrar en un estado de meditación y reflexión a los fieles.

Los extractos aromáticos y las plantas han sido muy apreciados por las civilizaciones antiguas, desde Babilonia y Persia hasta la India y China. Los textos médicos antiguos de estos países (hace unos 3.000 años) especifican muchas plantas aromáticas y sus usos.

Algunas de estas descripciones se encuentran en los antiguos escritos egipcios. Ellos utilizaban las plantas aromáticas en todos los aspectos de su vida; la perfumería, la cosmética, la medicina, y para embalsamar a sus difuntos. En la tumba de Tutankamon se encontraron botes de ungüentos que contenían resinas conservantes como el incienso, no habían perdido su aroma a pesar del tiempo que había pasado desde que se enterraron.

Tiempo después fueron utilizados por los griegos y romanos como medicina y en los baños públicos. Los ejércitos romanos emplearon a médicos griegos y fueron estos quienes dieron a conocer las plantas aromáticas a muchos países.

Galeno fue el inventor de la crema de limpieza original y que terminó por convertirse en el médico personal del emperador Marco Aurelio. Gracias a que Galeno escribió muchas obras sobre medicina y salud, estos conocimientos llegaron hasta Bizancio, en Grecia.

Los países árabes fueron los siguientes en conocer los beneficios de la aromaterapia. En el siglo XIV, Bagdad progresaba gracias a ser el centro de la industria de las rosas, exportando agua de rosas a lugares como la India. Se cree que el primero en aplicar la destilación fue Avicena (médico y filósofo).

Ya que las gomas y resinas de Asia no eran fáciles de obtener en Europa, también se utilizaron plantas nativas del Mediterráneo como el romero y el tomillo para elaborar aceites esenciales. En Francia se utilizaban en el siglo XX estas hierbas aromáticas en los hospitales, con el fin de fumigar el aire y evitar enfermedades.

El encargado de acuñar la palabra “Aromaterapia”, fue el francés, René Gattefosse, hace unos 50 años. René trabajaba en la industria del perfume, en una ocasión se quemó la mano en el laboratorio, se aplicó aceite esencial de espliego para refrescar los tejidos quemados, y descubrió que cicatrizaba rápidamente sin dejar cicatriz.

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