SENEFERU Y TCHATCHA-EM-ANKH (CUENTO MÁGICO)
El Papiro de Westcar es un texto egipcio, escrito en papiro,
en él hay una serie de cuentos mágicos. El papiro mide 169 centímetros de
longitud y 33 centímetros de altura. Se cree que fue escrito cerca del 1.500 a.
C., pero la historia pertenece al Imperio Antiguo.
La historia es la siguiente:
Un día el faraón Seneferu estaba deprimido y pidió a los
nobles de palacio que buscaran una fórmula para alegrar su corazón, pero los nobles
no encontraron nada que lo animara. El faraón ordenó que su sacerdote y escriba
Tchatcha-em-ankh fuera llevado de inmediato a su presencia, el sacerdote fue
traído ante él.
Cuando el sacerdote llegó el faraón le dijo: “Mi hermano he
ordenado a los nobles que busquen algo para contentar mi corazón, pero ellos no
han encontraron nada para mí”. El sacerdote le dijo al faraón que hiciera una
excursión a un lago cercano a palacio, y que navegara en él rodeado de las
comodidades de la casa real. De esa manera, le dijo, su majestad se alegrara
con la navegación de arriba y abajo del lago, pues ahí veras las bellezas del
lago, la hermosura de los bancos y los campos que se extienden a su alrededor.
Después le pidió al faraón que le permitiera organizar la
excursión, y pidió su permiso para llevar en el barco veinte remos de caoba
laminados de oro, así como veinte jóvenes vírgenes, y veinte redes con las que
las vírgenes se vestirían en lugar de sus atuendos habituales. Las vírgenes irían
remando y cantando. El monarca dio su permiso y se subió al barco.
Las vírgenes remaban arriba y abajo del lago, el faraón las
observaba y su corazón empezó a olvidarse de sus preocupaciones. Una de las
jóvenes remeras metió la mano entre sus cabellos y uno de sus adornos hecho de
turquesa cayó al agua y se hundió, entonces dejó de remar, al verla, sus
compañeras también dejaron de remar.
Cuando el faraón se dio cuenta les dijo: -¿Por qué no remáis?,
ellas le contestaron: -Nuestra líder ha dejado de hacerlo. El rey se dirigió a
la doncella que había dejado de remar y le pregunto porque lo había hecho, ella
se lo contó. Él le prometió que le devolvería el adorno.
El faraón ordenó a Tchatcha-en-ankh que le ayudase a
recuperar el adorno de turquesa. El sacerdote y escriba dijo entonces unas
palabras de poder (hekau) con las que logró que una sección del agua del lago
se pusiera sobre la otra, encontrando el adorno que le devolvió a la doncella. El
mago, sacerdote y escriba dijo otras palabras de poder y el lago volvió a estar
como antes.
El faraón celebró una fiesta en la casa real y premió a
Tchatcha-em-anhk con toda clase de regalos, por haberle devuelto la alegría a
su corazón.
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