22 de octubre de 2013

LIBROS ANTIGUOS


Los libros antiguos eran manuscritos caligrafiados cuidadosamente, según las normas establecidas por las casas de publicaciones. Las palabras en los manuscritos latinos se escribían con espacios. En los manuscritos griegos no era así, casi no se usaba la puntuación y los capítulos no estaban divididos.

Se escribía con un calamus (caña) que afilaban con una navaja, la tinta la hacían con líquidos naturales, era fuerte y resistente, parecida a la tinta china, lo que ha ayudado a que en muchos manuscritos se conserve intacta.

Los romanos escribían los títulos, y en ocasiones los encabezamientos en tinta roja. Usaban regla y compás para nivelar los renglones. Publicaban libros ilustrados, como por ejemplo, los libros de matemáticas ya que necesitaban dibujos explicativos. Según cuenta Plinio, los griegos ilustraban también sus obras de farmacología con plantas de colores.
  
Los romanos adornaban las biografías con retratos. Las obras de los grandes autores, como Virgilio, solían llevar el retrato al comienzo de la obra. El titulo no siempre aparecía en el rollo, a veces estaba al principio, a veces, al final. Lo más frecuente era que se titulase en una etiqueta, que luego se pegaba en el exterior del rollo.

Para la lectura se utilizaban las dos manos, la izquierda agarraba el principio de la banda, y la iba enrollando al paso de la lectura, “página a página”. La mano derecha sostenía el resto del rollo y lo iba pasando a la izquierda. Al acabar la lectura, todo quedaba al revés, así que, había que enrollarlo de nuevo en sentido inverso.

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