MANERAS DE MORIR-6
William Walker, un aventurero americano que defendía la
esclavitud, “colonizó” Nicaragua en 1855, fue elegido presidente un año después
y fue reconocido por el presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, que
había vacilado entre el reconocimiento y la probabilidad de ofender a la Gran
Bretaña, Walker fue fusilado en Honduras en 1860, antes que pudiera llevar
adelante sus planes para conquistar América Central.
Robert Cavallier La Salle, recorrió grandes distancias al
servicio de Francia. Explorando Norteamérica, recorrió todo el Misisipi hasta
el Golfo de México (reclamaba todo el valle de Francia), viajó por todo el
Misisipi de regreso hasta Quebec; se embarcó para volver a su patria por más
dinero; se embarcó de nuevo para el Nuevo Mundo, atracando por error en la
costa de Texas en lugar del delta del Misisipi; entonces se embarcó para
Canadá, se perdió, arrastrado por una tormenta, y se encontró de nuevo en el
Golfo de México. Fue tal el cansancio y el agotamiento de la misión, que, en el
tercer intento sin éxito, los hombres de La Salle se amotinaron ante el hecho
de poder pasar más dificultades y lo asesinaron.
El primer mártir de la ciencia, del que se tiene noticia,
fue el doctor romano Plinio el Viejo. Tenía a su cargo la flota romana anclada
cerca de la Bahía e Nápoles en el año 79 d. C., cuando hizo erupción el Vesubio
y sepultó a las ciudades de Pompeya y Herculano. En su ansiedad por observar la
erupción, Plinio bajo a tierra. Por atrasarse en su retirada, fue atrapado por la
lava y murió.
En 1885, Luis Pasteur salvó la vida de un niño de nueve años
José Meister, quien había sido mordido por un perro rabioso. Fue uno de los más
famosos triunfos de la medicina. Cincuenta y cinco años más tarde, en 1940,
Meister era portero del instituto Pasteur. Cuando los nazis ocuparon París, un
oficial ordenó a Meister que abriera la cripta de Pasteur. En vez de hacerlo,
Meister se quitó la vida.
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