5 de marzo de 2023

EL NACIMIENTO DE LOS TEMPLARIOS-2



Las costumbres y reglas de los templarios estaban escritas. Cualquiera que llegaba a ellos para ser un hermano más debía superar una prueba que duraba un año. Se le leían las reglas siete veces y cada una de las veces se le decía:

Mira: ¿quizá tienes alguna queja? ¿quizá no puedes seguir cumpliendo estas reglas? Reza a Dios y vuelve a tu casa.

Cuando terminaba el año, a aquel que aceptaba y prometía llevar el yugo, se le recitaban algunas plegarias y se les vestía con el hábito. Después de esto, quien renegaba de sus promesas, moría por la espada, sin misericordia, sin piedad.

Sus costumbres eran las siguientes: A nadie se le permitía poseer ninguna propiedad, no casas, ni dinero, ni propiedades de ningún tipo; ni podía ausentarse sin el permiso de un superior; ni dormir en ningún otro sitio que se fuera su casa; ni comer pan a la mesa del vulgo; ni, cuando se le ordenaba ir a alguna región a morir allí, podían decir: No quiero ir. Sino que debía, como había prometido trabajar con fe en su ministerio hasta la muerte.

Cuando alguien moría, celebraban 40 misas por él; alimentaban a los pobres por él, durante 40 días y a 40 personas cada día; y los recordaban en la oblación del sacrificio de sus iglesias, a perpetuidad. A aquellos que morían en batalla los consideraban mártires.

Si descubrían a alguien que había escondido algo en la comunidad, o si se descubría, después de su muerte, que poseía algo que no había dado a la comunidad, no los juzgaban digno de sepultura.

Su vestimenta era una túnica blanca muy simple, no podían llevar otra cosa. Cuando dormían no tenían permiso para quitarse la ropa, ni para quitarse los correajes.

Su comida se regula de la siguiente manera: domingos, martes y jueves comían carne, y los otros días, leche, huevos y queso. Solo los sacerdotes bebían vino todos los días, con el pan, lo mismo que los soldados.

De todo los que entraba después de las cosechas en grano, vino, etc., se distribuía un décimo a los pobres. Cada vez que se hacía pan en las casas templarias, una hogaza de cada diez se reservaba para los pobres. Los días en que se ponía la mesa donde los hermanos comían pan, todo lo que sobraba se daba a los pobres. Dos veces a la semana se distribuía pan y vino a los pobres.

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