LA ATLÁNTIDA SEGÚN PLATÓN
Hacia el año 355 a. C., dos diálogos de Platón, el Tirneo y
el Critias, fundan el mito de la Atlántida. Como las demás obras del filósofo,
los textos se presentan en forma de conversaciones entre varias personas:
Sócrates, el maestro de Platón; Timeo, filósofo pitagórico; Critias, político
acusado de no tener escrúpulos y Hemócrates, antiguo general de Siracusa.
La Atlántida, descrita en el Critias se divide en distritos.
Los numerosos canales que la surcan convergen hacia la capital, de forma
circular. En el corazón de ésta, se levanta el palacio real, antigua residencia
del dios del mar. Se trata de una ciudadela de forma igualmente circular y de
un diámetro de alrededor de cinco kilómetros. Anillos concéntricos de tierra y
de mar, unidos por túneles y puentes, componen esta acrópolis.
Abriga templos, palacios y edificios públicos, así como
campos de deporte. El más formidable de los templos es el dedicado a Poseidón.
Sus fachadas exteriores están completamente cubiertas de plata y sus techos
enchapados en oro. Al interior, las bóvedas son de marfil cincelado, con
incrustaciones de oro, plata y auricalco (metal misterioso, que podía ser cobre
o aleación de cobre y oro). Una de ellas sobrepasa a todas las demás, es la que
representa a Poseidón.
La descripción de Platón muestra la riqueza y el poderío de
la Atlántida. El Critias quedó inconcluso y no se sabe nada más acerca de esta
isla.
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