22 de junio de 2020

LA SEÑORA JONES


El 16 de agosto de 1747, un destacamento del Regimiento de Hibernia (regimiento irlandés al servicio del ejército de España), por entonces al servicio de España, fue sorprendido por corsarios argelinos al trasladarse de Mallorca al continente. Los soldados resistieron a la primera galeota que les atacaba hasta agotar toda su pólvora, después de lo cual, lanzándose al abordaje del enemigo, arrojaron a los turcos al mar. Entonces los embistió otro gran buque pirata y no tuvieron otra alternativa que rendirse.

El grupo se componía de un teniente coronel, seis capitanes, diez oficiales subalternos y cerca de sesenta soldados. Al llegar a Argel, los tres colores del regimiento, una cruz sobre fondo blanco y las armas de Irlanda con la inscripción “Reggimento di Hibernia”, continuaban flotando sobre la galeota turca capturada. Entre las damas de a bordo figuraban la señora Jones con dos hijos de corta edad y su hija Nancy de un primer matrimonio, una joven de apenas diecinueve años; viajaban acompañadas por una doncella.

Sufrieron malos tratos, uno de los niños, de menos de ocho años, fue obligado a traer agua, barrer el suelo y llevar basura, los vistieron con ropa vieja y andrajosa.

Cierto día, la señora Jones estaba sentada, con el niño menor en los brazos, ante la puerta de la casa en que se hospedaba, cuando pasó un turco, el cual se puso a importunarla dándole la alternativa entre ceder a sus deseos o morir. Ella se retiró a una habitación interior y de allí a un desván accesible solo por una escala que quitó después de subir. El turco cogió al niño y habiendo amenazado y suplicado sucesivamente a la madre, sacó su espada e hirió a la criatura en un brazo.

La señora Jones lanzó un grito, entonces el turco hirió a su víctima en el otro brazo; finalmente le cortó una mano y la arrojó a la madre; ésta cogió la mitad de una muela rota, que se encontraba en el desván, y la lanzó sobre el turco, destrozándole una pierna.

El hombre mató entonces al niño, le cortó la cabeza y descargó sus pistolas sobre la madre, fallando los disparos. La señora Jones esperó el momento propicio y entonces derribó al asesino con la otra mitad de la muela. Después bajó y le acabó con su propia espada, metió el cadáver del niño en un canasto y se fue a ver al bey (en el imperio turco, gobernador de una ciudad, distrito o región). 

Nunca se supo que fue de la señora Jones.

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