ORIGEN DE LAS GALLETAS
Los romanos hacían galletas hacia el año 300 a. C. Eran obleas planas delgadas, normalmente cuadradas, y muy duras, que se cocían dos veces, por lo que en latín las llamaron “bis coctum” (dos veces cocido), de ahí viene la palabra bizcocho.
Las galletas de la Antigüedad eran muy duras, por lo que más que una chuchería eran un medio de conservar el pan por más tiempo. Las mojaban en vino para ablandarlas.
Las galletas servían para los viajes, como matalotaje para los marineros y también los legionarios las llevaban en sus alforjas, junto con las conservas de pescado salado o carne cecina.
Hace 100 años comenzó la industria moderna de las galletas. En la Navidad de 1902, miles de niños norteamericanos se despertaron con una sorpresa en su árbol de Navidad: era la golosina del momento, unas galletas con forma de animales distintos: bisonte, elefante, camello, oso o gorila, entre otros. La firma Nabisco las presentó en forma de dieciocho animales.
En la caja, diseñada por una de las más importantes empresas publicitarias de la época, se reproducía una jaula con asa que se podía utilizar cuando ya se habían comido las galletas.
Los fabricantes de los dough nuts, única golosina que se vendía de manera masiva desde mediados del siglo pasado en Norteamérica y Europa, se alarmaron y vieron como descendían sus ventas. Fue por poco tiempo, en el mercado había y hay sitio para ambos productos.
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