LA SERRANA DE LA VERA (LEYENDA)
La Serrana de la Vera nació en Garganta la Olla, en la Vera
de Plasencia, Cáceres, no se sabe exactamente cuándo. Era muy hermosa y
despertó el deseo de un hidalgo que la sedujo prometiéndole matrimonio, las
promesas desaparecieron con él, cuando hubo conseguido lo que quería.
La muchacha, humillada por las falsas promesas de su
enamorado huyó a lo más escondido de la sierra y allí vivió en soledad. Se
alimentaba de lo que cazaba con ayuda de una ballesta, además, salteaba a los
viajeros y caminantes de una manera muy peculiar: los llevaba a su escondite,
les invitaba a un suculento banquete, les seducía y los mataba.
La Serrana fue descubierta por un viajero que logró escapar
de su asesina, el viajero narró de la siguiente manera lo que despertó sus sospechas
en la cueva de la Serrana:
... Diome yesca y pedernal
para que lumbre encendiera,
y al resplandor de la llama
vi un montón de calaveras.
–¿Cuyos son aquestos huesos?
¿Cuyas estas calaveras?
–Hombres fueron que he matado por esos montes y sierras.
Tú alégrate, caminante, buena noche nos espera.
De perdices y conejos sirvióme muy rica cena, de pan blanco
y de buen vino y de su cara risueña.
Si buena cena me dio poco pude comer de ella;
si buena cena me dio, muy mejor cama me diera...
Las versiones sobre el final de la Serra son varias: unos
dicen que fue perseguida como una alimaña y salvajemente asesinada. Otros que
se la llevaron a Plasencia, donde fue ajusticiada después de un largo proceso.
Incluso algunos cuentan que el rey la indultó y perdonó todos sus crímenes.
FOTOGRAFÍA
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