CLEVER HANS
Clever Hans (Inteligente Hans) fue un caballo, famoso en
Alemania a principios del siglo XX, propiedad de Wilhelm von Osten, profesor de
matemáticas y entrenador hípico aficionado, además de algo místico y adicto a
la frenología.
Hans sabía sumar, restar, multiplicar, dividir, trabajar con
fracciones, decir la hora, entender el calendario, diferencias tonos musicales,
leer, deletrear y, en general, entendía el idioma alemán. Si Von Osten,
peguntaba a Hans, “si el octavo día del mes cae en martes, ¿cuál es la fecha
del viernes siguiente?”, Hans contestaba dando toques con su pie.
Von Osten realizó espectáculos por toda Alemania presentando
al caballo y su fama traspasó fronteras y trascendió a otros continentes. Ante
las dudas, en el año 1907 se formó una comisión de trece personas, encabezadas
por el psicólogo Oskar Pfungst, que demostró que el caballo, en realidad, no
realizaba esas tareas mentales, solo notaba la reacción de sus observadores
humanos y actuaba en consecuencia.
Pfungst descubrió que el caballo respondía directamente a
señales involuntarias de lenguaje corporal del entrenador humano, pero que este
era completamente inconsciente de que proporcionaba esas señales al caballo.
Esa anomalía fue bautizada como “efecto Clever Hans”.
Hoy en día se llama así en ciencia experimental a la
posibilidad de que todo experimentador contamine involuntariamente los
resultados del experimento mediante gestos, tonos de voz, lenguaje corporal,
etc.
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