21 de mayo de 2018

SIGMUND FREUD Y LA COCAINA


En 1884, Sigmund Freud (1856-1939) estaba loco por conseguir un nombre en su profesión y sabía que con lo único que lo conseguiría sería con un descubrimiento. Entonces pensó en la posibilidad de investigar sobre los usos clínicos de la cocaína.

En una carta suya del abril de 1884, decía:

“He estado leyendo acerca de la cocaína… Un alemán la ha estado usando para sus soldados y ha informado de que aumenta la energía y la capacidad de resistencia”. Seguía diciendo: “Yo estoy tomando regularmente dosis muy pequeñas contra la depresión y la indigestión, con el más brillante de los éxitos”.

Envió una pequeña cantidad de cocaína a su novia; Marta, según él, para hacerla más fuerte y teñir de rojo sus mejillas. También le oreció a sus amigos, compañeros y pacientes. Según cuentan se estaba convirtiendo en una gran amenaza pública.

En junio del mismo año, Freud escribió un ensayo que entre otras cosas decía: “La alegría y la euforia, que en nada difieren de la euforia normal de la persona sana… Se puede realizar un largo e intenso trabajo mental y físico sin ninguna fatiga… No registra ansia alguna de volver a tomar cocaína. La cocaína podría servir para tratar la adicción a la morfina”.

Muy pronto llegaron las críticas a su labor, alegando que era una práctica muy peligrosa con muchos casos de adicción e intoxicación con cocaína, toda Alemania se puso en alerta. Todos sus colegas se pusieron en su contra. Además, como seguía creyendo que la cocaína era inofensiva, había recetado una gran cantidad a un paciente que murió.

En 1890, en las farmacias se podían encontrar remedios patentados que en su composición, y en grandes cantidades, llevaban cocaína. Estos medicamentos estaban indicados para curar el alcoholismo, los vómitos durante el embarazo, los pezones doloridos, el vaginismo, la gonorrea, la sífilis, el mareo, la neuralgia, la tos ferina, las hemorroides, el resfriado y el asma. Además de, según decían, ser un gran remedio para curar las adicciones al opio y la morfina.

Uno de los usos más raros fue el recomendado por el cirujano jefe del Ejército de Estados Unidos, William Hammond, que recomendaba que se utilizará cocaína pura en caso de inflamaciones de la membrana mucosa y como anestésico del clítoris, para evitar que las mujeres se masturbaran.

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