9 de mayo de 2018

HISTORIAS DE REYES (8)


Marco Polo descubrió que Kublai-Khan mantenía 5000 astrólogos residentes en la corte. Sus deberes incluían la predicción del tiempo, las consecuencias eran impredecibles para quienes se equivocaban en los pronósticos.

Cuando Mehmed VI (1861-1926) se convirtió en Sultán de Turquía en el año 1918, había estado preso durante 53 años, a los 4 años le impusieron un arresto domiciliario. Era muy normal el arresto de algunos miembros de la familia real que pudieran aspirar al trono y representar una amenaza para el monarca que reinaba en ese momento. Mohamed pasó de la prisión al trono en menos de un día.

La Dinastía Plantagenet de reyes ingleses recibió su nombre de una ramita de retama que se dice que llevaba en el yelmo Geoffrey el Hermoso, de Anjou.

El zar Nicolás II de Rusia escribía en su diario todos los días. Aunque su reinado estuvo repleto de cambios políticos y sociales, las anotaciones consistían en describir sus paseos y sus tés. En 1906 se disolvió la asamblea legislativa rusa (Duma) cuando una mayoría de candidatos de la oposición fueron elegidos para el cuerpo representativo. Nicolás describió el tiempo, su comida, su paseo y su lectura de esa noche. Escribió solamente un renglón respecto a la noticia del día: Firme un decreto disolviendo la Duma.

Luis II de Baviera hizo posible que Richard Wagner escribiera y escenificase el Anillo de los Nibelungos. El rey otorgó al compositor una villa y una pensión, el monarca sufría trastornos mentales, que le llevaron en 1886 a suicidarse por ahogamiento.

Nerón y Enrique VIII fueron gobernantes buenos cuando asumieron el poder, pero ambos se transformaron en tiranos sanguinarios. Cada uno de ellos mató a un filósofo que había ejercido una buena influencia al principio de su reinado: Nerón, obligando a Séneca a suicidarse y Enrique, haciendo decapitar a Tomás Moro.

Jorge I, rey de Inglaterra de 1714 a 1727, no podía hablar ni escribir en inglés. Este príncipe alemán de Hannover, heredero del trono, sucedió a la reina Ana cuando tenía 54 años de edad. No deseaba aprender el idioma de su nuevo país, y no intento hacerlo durante los 13 años que reinó.


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