RELATO DE AMOR Y MUERTE (LITERATURA CABALLERESCA)
Señor, en esta cámara tan bella os acostaréis con esta doncella; no hay nada más que hablar. Doncella, cerrad las puertas, y cumplid sus deseos, pues bien sé que personas como él no se apresuran nunca. De una cosa quiero advertiros, que no apaguéis los cirios pues mucho me encolerizaría. He ordenado que los enciendan porque quiero que vea nuestra gran belleza cuando estéis entre sus brazos; así su placer será mayor, y vos veréis también su bello cuerpo.
Luego salió de la cámara y la doncella cerró la puerta. Mi señor Gauvain se acostó y ella se acercó al lecho, y se acostó a su lado, desnuda, sin que hiciera falta rogárselo. Toda la noche estuvo en sus brazos, y él no cesó de besarla y abrazarla con mucha dulzura; y llegó tan lejos, que él quiso cumplir sus deseos y ella le dijo.
-Señor, piedad; no sigáis adelante porque se nos vigila.
Gauvain miró por todos lados, y no vio a nadie.
-Bella amiga -le dijo- os pido que me digáis quién me prohíbe cumplir con vos mi voluntad.
Ella le respondió:
-Os diré sin rodeos todo lo que sé: ¿veis esta espada que allí cuelga, que tiene un lazo de plata y la empuñadura y la guarda de oro puro? Lo que os voy a revelar no son imaginaciones mías, sino alfo que he comprobado muy bien. Mi padre tiene esta espada en gran aprecio porque ha matado para él a muchos excelentes caballeros de gran mérito. Sabed que esta espada ha matado solamente aquí dentro a más de veinte; y no sé cómo ha llegado hasta aquí.
Ningún caballero que entre por esa puerta podrá salir vivo. Mi padre lo acoge amablemente, pero por un pequeño delito que cometa, lo mata; por eso debe guardarse de toda vileza y seguir adelante el camino. Si le puede sorprender en alguna falta, inmediatamente hace caer la justicia sobre él. Pero si el caballero se asegura y no lo puede atrapar en ninguna falta, le hace dormir conmigo toda la noche. Y esto es lo que le acarrea la muerte.
El caballero de la espada-Anónimo
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