LA JORNADA DE UN MONJE SEGÚN SAN BENITO
“La ociosidad es enemiga del alma. Los hermanos deben
consagrar algunas horas del día al trabajo, tanto manual como a la lectura de
las cosas divinas. Es por lo que creemos conveniente reglamentar estas
ocupaciones de la manera siguiente:
De Pascua a kalendas de octubre, los hermanos se dedicarán
las cuatro primeras horas del día a los trabajos necesarios. De la cuarta a la
sexta se dedicaran a la lectura.
Desde la sexta hora, concluida la comida, descansarán en el
lecho en perfecto silencio. Si alguien quiere leer puede hacerlo, pero sin
incomodar a nadie. Se dirá Nona un poco antes de lo ordinario, en torno a las ocho
horas y media. Después se pondrán a trabajar hasta las vísperas.
Si los hermanos se ven obligados a trabajar más por razón de
necesidad o pobreza en las cosechas, no se afligirán por ello. Es entonces como
se verá si son verdaderos monjes, cuando vivan del trabajo de sus manos,
siguiendo el ejemplo de nuestros padres y de los apóstoles. Que, sin embargo,
se haga todo con moderación, por atención a los débiles.
De las kalendas de octubre a comienzo de Cuaresma, los
hermanos descansaran de lectura hasta el fin de la segunda hora; a la segunda
hora se dirá Tercia. A continuación trabajarán hasta la novena hora en aquellas
obras que se les encomienden. Al primer toque de Nona dejarán el trabajo, de
forma que estén preparados para cuando suene el segundo toque. Después de la
comida se aplicaran a las lecturas y al estudio de los salmos.
Durante la Cuaresma, se ocuparan de la lectura desde la mañana
hasta el fin de la tercera hora; luego trabajarán hasta la décima hora, según
les sea ordenado. Durante la Cuaresma, recibirán cada uno un libro de la biblioteca
que, por orden, leerán entero. Estos libros les serán entregados al inicio de
la Cuaresma.
El domingo todos descansarán de lectura, salvo aquellos
empleados en diversos oficios. Si alguno es tan negligente y perezoso que no
quiere ni puede meditar ni leer, se le dedicará a algún trabajo a fin de que no
permanezca ocioso. A los hermanos enfermos o delicados se les dará una obra o trabajo
que les guarde de la ociosidad, sin abrumarles, pero sin inducirles tampoco a
esquivarlo. El abad debe tener en consideración su debilidad”.
San Benito de Nurse-Regla de los monjes, cap.48.
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