24 de marzo de 2014

PRÍAPO Y LAS PRIAPEAS


Príapo era hijo de Afrodita y Dioniso. La diosa Hera que creía, antes de nacer, que el hijo de Afrodita sería muy hermoso, hizo que el recién nacido naciese con un enorme pene. Su madre lo abandonó en un bosque, donde lo criaron unos pastores que luego rindieron culto a su virilidad. Las pastoras soñaban con Príapo.

Las ceremonias en honor a Príapo estaban relacionadas con la adoración al falo, que en el mundo griego era considerado como símbolo de la energía divina, del poder generador y talismán contra los maleficios. Esas celebraciones se llamaron "Las Priapeas".

Príapo era un “Phallus antropomórfico”, por ello, su culto se confundió con el de “Hermes itifálico”. Príapo fue representado en una posición obscena, contrahecho y con un gigante pene en erección. Su inclinación al vicio le llevó a pervertir a todas las mujeres, por lo que fue expulsado por orden del Senado. Su vuelta se hizo necesaria por la epidemia que asoló la ciudad.

Príapo como dios protector de los campos y los rebaños, alejaba las epidemias y los pájaros. Para celebrar su regreso, se celebraron las primeras Priapeas. Su culto de origen asiático, llegó a la Grecia continental en época tardía y desde allí se extendió a las islas, su centro fue la ciudad de Lámpsaco.

Estas celebraciones consistían en comitivas que recorrían campos hasta el lugar de culto. Allí era ofrecido un asno coronado de flores. El cortejo estaba compuesto por hombres, mujeres y niños que se mostraban alegres. Los bailes eran acompañados por poemas que resaltaban los atributos del dios.

El asno tiene su propia leyenda; cuentan que el origen está en una pelea que Príapo tuvo con un asno, al que Dioniso le había otorgado el don de la palabra, sobre el tamaño de sus penes. Príapo ganó y mató al asno, aunque luego sintió pena y lo subió a las estrellas.

0 comentarios :