CATALINA DE MÉDICIS, SUS HIJOS Y LA BRUJERÍA
Catalina de Médicis (1519-1589), reina de Francia, sobrina
del papa Clemente VII y madre de tres reyes de Francia, recurrió a la brujería
para conseguir sus ambiciones políticas y personales. Diversas fuentes dicen
que siempre llevaba con ella, en contacto con la piel de su vientre, un trozo
de pergamino que según sus enemigos era piel de un niño desollado cubierto de
letras y caracteres pintados en varios colores.
También llevaba un talismán que, según ella, le permitía
conocer el futuro. Este amuleto estaba confeccionado con sangre humana y de
macho cabrío y algunos metales, y todos sus elementos se habían unido al
producirse ciertas conjunciones astrales en relación con su fecha de
nacimiento.
El hijo de Catalina de Médicis, Carlos IX (1550-1574), rey
de Francia y famoso por su crueldad, se encontraba angustiado por una repentina
enfermedad desconocida que lo debilitaba a gran velocidad, en vísperas de su
muerte recurrió a una misa negra, aconsejado por su madre.
En la ceremonia, que tuvo lugar en el castillo de Vincennes,
después de consagrar la hostia, el brujo degolló y luego decapitó a un niño de
diez años al que habían vestido como para bautizarlo.
El niño asesinado era un primogénito preparado para esta
ceremonia. El hechicero que oficiaba colocó luego la cabeza cortada de la
víctima sobre la hostia negra que reposaba sobre la patena y lo llevó todo
hasta el centro de una mesa sobre la cual humeaban recipientes donde ardían
sustancias olorosas agradables para el Diablo.
El brujo invitó al demonio conjurado a responder a una
pregunta acerca del futuro del rey. La cabeza decapitada del niño respondió: “Vim
patior” (sufro o padezco).
El rey montó en cólera y murió rabioso unas horas más tarde,
gritando, en su delirio: “¡Alejad esa cabeza de mí!”.
Enterrado Carlos IX, accedió al trono Enrique III, que tuvo peor reputación de
brujo de la que tuvieron su hermano y su madre. Aseguraban en la corte que
mantenía un demonio llamado Terragón, con el que se acostaba de vez en cuando.
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