EL ORÁCULO DE DELFOS
Según cuenta la leyenda el Oráculo de Delfos se descubrió
por casualidad. Un pastor observó cómo, a acercarse sus ovejas a una grieta de
la montaña de la que emanaban vapores, los animales empezaban a agitarse y
moverse frenéticamente.
El pastor se aproximó con curiosidad a la grieta a ver qué
es lo que producía que sus ovejas se pusieran tan nerviosas. Nada más respirar
los vapores, tuvo un delirio y empezó a pronunciar palabras misteriosas.
Extendido el fenómeno, enseguida se levantó en el lugar un
templo al dios Apolo, instaurándose seguidamente el ritual, todo ello dirigido
por una sacerdotisa, a la que se llamo pitia o pitonisa. Esta sacerdotisa sentada sobre un trípode de oro que tapaba
la grieta de donde emanaba el vapor divino, contestaba a las preguntas que los
devotos presentaban al dios, poseída por una especie de delirio.
En la primera época del Oráculo de Delfos, las sacerdotisas
eran jóvenes y hermosas vírgenes, a quienes se les exigía un voto de castidad.
En el siglo VII a. C. Echecrates, griego que venía de Tesalia, violó a una de
las pitias. Esto provoco que, a partir de ese momento, las sacerdotisas fueran
mujeres feas y mayores de cincuenta años. Las predicciones eran tan confusas que nunca pudieron ser
desmentidas, ni consideradas falsas, ya que admitían cualquier interpretación.
Cuentan como anécdota que cuando Creso decidió atacar al rey
persa Ciro, consultó el Oráculo que le contestó: “tú arruinarás un imperio”,
por lo que Creso se marchó lleno de esperanza a su encuentro con Ciro, que le
venció, lo que provocó la ruina del imperio de Creso.
En otra ocasión Alejandro Magno se acercó a Delfos a
consultar el Oráculo, su visita coincidió con una temporada en la que la pitia
no emitía predicciones. Alejandro arrancó a la pitonisa de la habitación donde
descansada y la llevo obligada al templo. Al llegar allí, la sacerdotisa dijo: “Hijo,
eres irresistible”, Alejandro se lo tomó como la respuesta del oráculo y se
marchó a conquistar imperios, sin escuchar la verdadera predicción.
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