LEYENDA DE TESEO Y EL MINOTAURO
La leyenda atribuye al
rey Minos, hijo de Zeus y de Fedra la edificación de un laberinto donde
habitaba el Minotauro, el hombre con cuerpo de hombre y cabeza de toro, construido
por Dédalo.
Esta leyenda cuenta que,
Minos, rey de Cnosos, de toda Creta y señor de todos los mares helénicos, envió
a su hijo Androgeo a participar en los juegos de Atenas. Más fuerte que todos
los griegos, venció, y por envidia fue asesinado por Egeo, rey de Atenas.
Su padre enfurecido,
invadió la ciudad en una guerra terrible, la sometió y exigió una compensación
terrible. Cada nueve años, los atenienses tenían que mandar la flor de su
juventud, un tributo que consistía en siete jóvenes varones y siete doncellas
que serían sacrificados al monstruo de Minos, el Minotauro.
Cuando el sacrificio se
preparaba por tercera vez, Teseo, hijo de Egeo, que había regresado de un viaje
en el que realizó muchas hazañas, se ofreció para ir en barco a Creta y matar
al Minotauro.
El barco surcó el mar
hacia la isla de Creta, un mar azul y resplandeciente y en él iba Teseo, con
siete parejas de jóvenes jonios. Las velas que sostenían los mástiles eran
negras, y Teseo anunció que izarían velas blancas en su viaje de vuelta si
había conseguido su propósito.
Ariadna, hija de Minos,
vio aquel hombre destinado a morir a manos del monstruo, y se enamoró de él. Le
dio una espada para la lucha y una madeja de lana, uno de cuyos extremos
sujetaba ella, mientras que Teseo entraba en el laberinto en busca del
Minotauro, sujetando el otro extremo de la madeja de lana.
En una lucha terrible, el
héroe venció al monstruo. Gracias al hilo de lana encontró la salida y rápidamente
huyó con Ariadna y sus compañeros hacia su patria.
El viaje de regreso fue
complicado. Una tormenta los arrojó a una isla. En ella se perdió y, a pesar de
todos los esfuerzos, no la encontraron. Los atenienses, junto a Fedra, hermana
de Ariadna, continuaron viaje hasta su ciudad. Cuando Ariadna que estaba
desmayada, se dio cuenta que el barco se divisaba a lo lejos, grito con todas
sus fuerzas, pero no la oyeron.
Teseo, triste por lo
ocurrido con Ariadna, se olvidó de izar las velas blancas, en señal de que
había acabado con el Minotauro. El rey Egeo iba todos los días a la orilla del
mar a ver si regresaba la nave. Cuando vio las velas negras pensó que su hijo
había muerto. De la tristeza no quiso seguir viviendo y se arrojó desde un
acantilado al mar.
Teseo fue recibido en
Atenas como un héroe. Los atenienses lo proclamaron rey de Atenas y Teseo tomó
como esposa a Fedra.
0 comentarios :
Publicar un comentario