CONSTRUCCIÓN DE LA TORRE EIFFEL

La Torre Eiffel fue construida para la Exposición Universal de 1889 que se celebraba en memoria del centenario de la Revolución Francesa.

Su construcción estuvo llena de polémicas, numerosos intelectuales franceses y gente del pueblo, no estaban de acuerdo con ese “esqueleto horroroso”, (así lo calificaban). Pese a esa oposición la torre se construyó gracias a los 140 millones de pesetas aportados por Alexandre Gustave Eiffel. Su condición fue una concesión para su explotación comercial y turística durante veinte años.

Así, en 1887 empezó su construcción que duro dos años, dos meses y cinco días, la fecha en la que se dio por acabada fue el 31 de marzo de 1889.

La Torre fue levantada cerca del Campo de Marte, por un equipo de 60 obreros, siguiendo las indicaciones de los 5.300 planos elaborados por un equipo de ingenieros. Su altura inicial fue de 312,27 metros, aunque con la antena que se añadió a la cúspide alcanzó los 320,75 metros de altura. Esta altura varía según la temperatura y las condiciones ambientales hasta en 18 centímetros.

Su peso total es de 10.000 toneladas, 7.300 de las cuales pertenecen a su esqueleto metálico, lo que para sus dimensiones es muy ligera. Por centímetro cuadrado la torre sólo ejerce una presión de 4,5 kilos sobre sus cimientos. El viento hace que su cúspide metálica oscile en un arco de 6 o 7 centímetros.

Los pilares están orientados a los cuatro puntos cardinales y se asientan en un cuadrado de 125 metros de lado. La torre tiene 1.792 escalones y tiene 1.050.846 remaches metálicos. En 1980, la torre fue aligerada en 1.343 toneladas de peso, ya que había aumentado de peso por las antenas y los ascensores incorporados.

En el primer año desde su inauguración, la visitaron 1.968.287 personas, con lo que el señor Eiffel recuperó su inversión.