LAS RAREZAS DE NERÓN
El emperador romano Lucio
Domicio Enobarbo Nerón (36-68) hizo un viaje artístico a Grecia en el año 66 y
aprovechó para participar en los Juegos de Olimpia, Delfos y Corinto. Fue una
obligación coronarlo con los laureles de ganador. Volvió a Roma dos años
después, llevando más de mil ochocientas coronas de triunfador.
Obtuvo un título olímpico
de carreras de carros en el año 67, además
de algunos de poesía. No es que ganase por ser el mejor, sino por que corrió en
solitario. Años después, en recuerdo de sus logros olímpicos, Nerón estableció
los Juegos Juvenales para conmemorar que se había quitado la barba, dedicándola
a Júpiter.
En otro momento de su
vida, Nerón tomó lecciones de canto y debutó en la actual Nápoles. El público
huyó aterrorizado, no por su voz, sino porque en ese mismo momento de declaró
un temblor sísmico. En las siguientes actuaciones se cerraron las puertas para
que nadie se fuera durante su concierto.
Cuentan que Nerón fue el
inventor de la moda del agua de rosas, por la que sentía tanta devoción que una
vez se gastó 4 millones de sestercios (20 millones de pesetas) en aceite, agua
y pétalos de rosa para él y para sus invitados, en una fiesta nocturna ofrecida
a uno de sus mejores amigos personales.
En el entierro de su
esposa Popea, en el año 65, se empleo una cantidad de perfume que superaba la
producción anual de Arabia. Se perfumo incluso a las mulas que formaban parte
del cortejo fúnebre.
Su esposa Popea también
llevo una vida llena de extravagancias. No se separaba nunca de su bañera de
plata ni de las 500 burras que le daban leche para sus baños que le permitían
mantener su piel blanca.
0 comentarios :
Publicar un comentario