17 de diciembre de 2012

NIÑOS ESPARTANOS



Los espartanos no vivían “privadamente”, sino sólo para el Estado. De esta manera, su vida familiar prácticamente no existía, ya que los esposos estaban casi siempre ausentes, y la educación de los niños corría a cargo del Estado.

Los recién nacidos eran examinados por una comisión de ancianos en lo relativo a sus aptitudes físicas, y en caso de que fuera positiva, eran acogidos por la comunidad y premiados con un lote de tierra. Si los niños eran débiles y calificados no aptos para la vida eran enviados a un lugar inaccesible del Taigeto (Cordillera del Penepoleso, al sur de Grecia).

Los niños y niñas pasaban sus primeros años de vida en casa de sus padres, donde debían ser iniciados en los principios de la vida espartana. El objetivo no era que los niños llegaran a ser ciudadanos del Estado críticos y emancipados, ni tampoco que tuvieran una cultura general que los preparara para tener un oficio. La educación de los niños, se centraba más bien en la fuerza física y la capacidad para soportar el frío, el calor, el hambre, la sed, los golpes y los dolores.

La filosofía educativa exigía a los pequeños una obediencia incondicional, sólo así, podía adquirirse la capacidad de dominio. Esta forma de educación estaba orientada solamente hacia el Estado y sólo fomentaba las virtudes provechosas para el Estado.

En los siete primeros años, la labor educativa y la preparación de los niños pequeños para sus futuros cometidos corría a cargo de los padres y de unas niñeras especialmente preparadas que eran famosas en toda Grecia por sus métodos educativos.

Tras estos siete años, los caminos de los niños y las niñas se separaban, pero no porque a los chicos se les diera una educación más cuidada, sino porque hombres y mujeres tenían que desempeñar funciones diferentes en el Estado espartano, y la educación de chicos y chicas debía prepararse para dividir esas tareas.

Las niñas recibían una formación esmerada bajo la vigilancia de la madre, los niños eran educados en entidades públicas. Ambos eran preparados para su oficio, las chicas para su futuro papel de gobernantas de los oikos, y los chicos para la guerra. (CONTINUARÁ)

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