LA BELLEZA EN EL BARROCO

En el Barroco (1620-1715) en las cortes de Francia e Inglaterra, los caballeros llevaban el pelo rizado y el bigote gana una mayor importancia en el momento en que fue recortado y rizado y se le aplicaron ceras o pomadas. Los puritanos (opositores de la monarquía inglesa), llevaban el pelo corto, redondeado y completamente afeitados. En Francia, gracias a Luis XIII, se ponen de moda las pelucas. Poco después se extiende al resto de Europa.

Las mujeres llevaban peinados muy elaborados y se utilizaron postizos de pelo para dar mayor volumen y altura. También se llevaban peinados con muchos rizos y con flequillo también rizado.

En la segunda mitad del siglo era muy común el uso de pequeños trozos engomados de seda negra. Se hacían en distintos diseños; estrellas, medias lunas etc. Se aplicaban en la piel o las mejillas como adorno facial.

En España, se llevaba el cabellos encima de un armazón de alambre, ancho a los lados y adornado con plumas o joyas. A finales de siglo se llevaba el peinado “Fontage” que consistía en una alta construcción de rizos y una cofia almidonada de puntilla o lino. El peinado era construido encima de una almohadilla o unos alambres.

En el Barroco eran  muy populares las rubias, naturales y teñidas con bionda, una mezcla para teñir que una vez puesto en el cabelllo se secaba al sol con un sombrero sin fondo y de alas anchas,  así conseguían el rubi leonado o rubio veneciano.

Para aclarar el rostro se empolvaban dejándolo el cutis blanco y mate. Los dientes se los frotaban una vez a la semana con polvo de coral rojo,sangre de dragón, hueso de jibia, hueso de melocotón y canela.

Las manos las aclaraban usando por la noche unos guantes untados en su interior con un preparado de miel, mostaza y almendras amargas.

A finales del siglo XVI, los cuidados de belleza caen en picado, pero en cambio, aumenta el uso de perfumes.