EL HARÉN DEL FARAÓN
Junto a las esposas oficiales (principales y secundarias) el faraón estaba rodeado por un gran número de servidoras, esclavas y concubinas llamadas “Ornamentos reales”, así como por las “Bellezas vivas de Palacio”, que con sus cantos y bailes entretenían al rey. Todas estas mujeres tenían como fin servir y complacer al soberano.
Este conjunto de féminas junto con los descendientes del rey y sus nodrizas formaban el llamado “El harén del faraón”. Las habitaciones que formaban el harén estaban cerca del palacio real o en su interior. “El harén de viaje” era llamado a una delegación del harén que se trasladaba junto al rey en sus viajes. Incluso en tiempos de guerra.
Para desempeñar su papel de rey, el faraón escogía a la que se convertía en su esposa principal y sobre la que recaía el peso oficial de reina de Egipto, aunque en ocasiones varias mujeres desempeñaron este papel al mismo tiempo. Junto a la esposa principal y residiendo en el harén real, estaban las esposas secundarias, princesas extranjeras o mujeres egipcias pertenecientes a las grandes familias del país. Para satisfacer sus necesidades el harén estaba dotado de tierras, ganado y recursos económicos en cuya administración trabajaban una red de funcionarios varones que vivían fuera del recinto y que rendían cuentas a la Gran Esposa Real.
Durante sus primeros años los hijos de las distintas esposas reales, eran educados por nodrizas y preceptores en la “Casa de los Hijos”, dentro del harén. Luego eran enviados a una escuela, el Kap junto a los hijos de los nobles.
Este conjunto de féminas junto con los descendientes del rey y sus nodrizas formaban el llamado “El harén del faraón”. Las habitaciones que formaban el harén estaban cerca del palacio real o en su interior. “El harén de viaje” era llamado a una delegación del harén que se trasladaba junto al rey en sus viajes. Incluso en tiempos de guerra.
Para desempeñar su papel de rey, el faraón escogía a la que se convertía en su esposa principal y sobre la que recaía el peso oficial de reina de Egipto, aunque en ocasiones varias mujeres desempeñaron este papel al mismo tiempo. Junto a la esposa principal y residiendo en el harén real, estaban las esposas secundarias, princesas extranjeras o mujeres egipcias pertenecientes a las grandes familias del país. Para satisfacer sus necesidades el harén estaba dotado de tierras, ganado y recursos económicos en cuya administración trabajaban una red de funcionarios varones que vivían fuera del recinto y que rendían cuentas a la Gran Esposa Real.
Durante sus primeros años los hijos de las distintas esposas reales, eran educados por nodrizas y preceptores en la “Casa de los Hijos”, dentro del harén. Luego eran enviados a una escuela, el Kap junto a los hijos de los nobles.
4 comentarios :
Muy interesante el hecho de que dispusieran de medios de financiación. Desconocía este dato.
Lo más curioso que llegué a leer sobre tema es que las concubinas, esposas secundarias y demás mujeres del harén es que se sentían orgullosas, vivian con todo lujo y eran muy bellas.
Que cuco el Faraón :D
Breuil parece que lo tenían todo muy bien montado.
Un beso.
Jelens era todo un lujo ser del harén del faraón, según parece.
Un beso.
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