2 de enero de 2009

ENTRENAMIENTO DE UN ATLETA OLÍMPICO


Los preparativos comenzaban un mes antes de los Juegos Olímpicos, los atletas se concentraban en Élide, a unos 58 kilómetros de Olímpia, bajo la supervisión de los helanódicas (jueces de las competiciones).

Allí seguían un estricto régimen de entrenamiento y una dieta muy estricta, seguramente de origen ritual, aunque también se la ha relacionado con la prevención del dopaje.

Los entrenadores llevaban largas varas que usaban para poner orden entre los atletas, y también para castigar las violaciones del reglamento, como utilizar técnicas prohibidas en la lucha, el boxeo y el pancracio. O las salidas anticipadas en el caso de las carreras pedestres.

Boxeadores y pancratiastas cubrían sus manos y antebrazos con himántes, (tiras de piel de buey).

Antes del entrenamiento los atletas ungían sus cuerpos con aceite, el cual, al mezclarse con el sudor y el polvo del suelo, formaba una espesa capa sobre la piel.
De ella se libraban usando la estrígile, que era un utensilio de bronce o hierro, que constaba de una hoja bastante curvada y una empuñadura. Las mujeres también lo utilizaban para su aseo personal.

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