EL TOPO DE LA CATEDRAL DE LEÓN (LEYENDA)
En la puerta derecha de la fachada este de la catedral del León, se puede observar un objeto oval de color oscuro. Dicen que es la piel de un mágico animal que destruía los cimientos del edificio cuando se estaba construyendo.
La ruina que se producía por las noches causaba sopresa y miedo, porque a pesar de la vigilancia, no conseguían descubrir al monstruo.
Cuentan que don Manrique, que era en ese momento obispo de la ciudad, encargó a varios clérigos, para que se situasen en aquel lugar y no dejasen de mirar con atención lo que pasaba. Esa noche vieron grandes uñas y anchos pies, y el hocico de un gigantesco topo que excavaba con fuerza la tierra que rodeaba los sillares de la futura catedral.
Se pensó que el tamaño del animal y su sacrílega acción era cosa de un conjuro diabólico contra el templo, y con exorcismos y una red mojada con agua bendita consiguieron capturarlo y matarlo, conservando la piel como recuerdo.
Más tarde dijeron que habían sido los moros que atravesaban una época de derrotas a manos de los cristianos, quienes había invocado a los seres maléficos para traer al topo gigante.
En los años 90 se descubrió que el topo, parece ser un caparazón de tortuga laúd que algún peregrino donó a la catedral.
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