19 de mayo de 2020

HISTORIAS DE PÍO XII-2


Pío XII solía apagar las luces del Vaticano cuando caminaba por los pasillos, llegó a decir: “no puedo permitirme derrochar los fondos de los fieles. Fue el que ordenó que los sobres para las comunicaciones interiores del Vaticano no debían sellarse, graparse o pegarse para que pudiesen volver a ser utilizados. Escribió su última voluntad y la guardó en un sobre que había sido utilizado con anterioridad.

Impidió que Hitler visitase la Capilla Sixtina, la cerró alegando que los frescos de Miguel Ángel debían ser limpiados.

Pío XII fue el primer papa al que maquillaron para un discurso que debía retransmitir la RAI, la Radiotelevisión Italiana.

Tenía como mascota a un canario. Al pontífice le gustaba hacerlo salir de su jaula y que volase en las enormes estancias vaticanas. Cuando el Santo Padre levantaba el brazo, el canario se posaba en su cabeza o brazo. Al papa le gustaba soltarlo durante sus encuentros con los cardenales y verlo como sobrevolaba sobre sus cabezas.

Tras la ocupación de Roma por parte de las tropas de III Reich, el papa, decidió  firmar un documento en el que comunicaba su dimisión como pontífice en caso de ser detenido y hecho prisionero por parte de las tropas alemanas. Cuando cruzase la línea fronteriza entre la Ciudad-Estado del Vaticano e Italia, Pío XII se convertiría en Eugenio Pacelli, su nombre auténtico. El documento de dimisión se encuentre en el Archivo Secreto de la Biblioteca y Archivo Vaticano.

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