ALQUIMIA CHINA
La alquimia occidental nació alrededor de los siglos II y
III a. C., en Alejandría, luego llegó a Europa por la España árabe. Sin
embargo, este arte se practicaba mucho antes, especialmente en China.
La historia de la alquimia en China se confunde con la
historia de la metalurgia. Desde la Edad del Bronce, las poderosas cofradías de
herreros dan a sus obras un carácter mágico y envuelven la fundición con un
ritual esotérico. En la Edad de Hierro bajo la influencia del taoísmo, la
alquimia se convierte en una disciplina autónoma en China. Como la alquimia
occidental lo hará más tarde, se orienta alrededor de tres polos:
transformación de los metales, búsqueda cosmológica y búsqueda de la
inmortalidad.
Un texto de Sima Cian, el Heródoto oriental del siglo I a.
C., relata las recomendaciones del mago Li Xaoiun al emperador Wou-Ti, que
vivió un siglo antes que él:
“Sacrificad en el horno, y podréis hacer venir a los
espíritus. Cuando hayáis hecho venir a los espíritus, el polvo de cinabrio
podrá ser transmutado en oro amarillo; cuando se haya producido el oro
amarillo, podréis hacer utensilios para beber y comer. Entonces vuestra
longevidad será prolongada, podréis ver a los bienaventurados de la isla
Ponglaí que está en medio de los mares. Cuando lo hayáis visto y hayáis hecho
los sacrificios teng y shang, entonces vos moriréis”.
Sin duda, Wou-Ti no pudo respetar íntegramente los consejos
de su mago, a pesar de una longevidad excepcional, ocupó el trono durante
cincuenta y tres años, murió en el año 67 a. C.
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