24 de agosto de 2019

HISTORIAS DE LA UNIVERSIDAD-3


Elihu Yale, con cuyo apellido fue bautizada una de las mejores universidades de Estados Unidos, se fue a Inglaterra con 3 años y nunca volvió a Estados Unidos. El embajador de Yale, Cotton Mather, convenció a Yale, entonces gobernador retirado de la compañía de las Indias Orientales, para que donara algunos libros religiosos, un retrato de Jorge I y 200 libras esterlinas a la inicial institución de Connecticut, conocida como Escuela colegial de Connecticut. Un envío siguiente de artículos supuso 562 libras esterlinas para el colegio. Yale murió rico, pero ni un solo centavo de su herencia fue a la escuela que había cambiado su nombre por el colegio Yale en 1718.

George “Tigre” Clemenceau (1841-1929), tres veces presidente de Francia, pasó 4 años en los Estados Unidos cuando era joven. Trabajó como periodista, enseñó francés en el colegio de damas de Stanford, Connecticut, y se casó con una de sus alumnas. Se separaron al cabo de 7 años.

La Universidad de Alaska se extiende a través de 4 husos horarios, desde el colegio de la Comunidad en Kitchikan, cerca de la frontera sudorienta de Alaska con la Columbia Británica, hasta el minúsculo centro de enseñanza en la lejana Adak, en las islas Aleutianas. Esos dos puntos están más o menos tan distantes uno del otro como Londres y Moscú.

El peor disturbio estudiantil estalló en Oxford medieval: la batalla del “pueblo y las togas” de 1354. La violencia, que se originó en una riña de taberna, duró tres días, enzarzó a docenas de vecinos y estudiantes, y terminó con varios muertos y muchos heridos.

A principios del siglo XX, la vitalidad física era considerada un legado tan preciosos como la inteligencia, y la salud y la utilidad tenía que ser protegida, la Universidad de Yale agregó a su programa de estudios las clases de danza.

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