14 de agosto de 2019

DERECHOS DE LA MUJER EN LA HISTORIA-4


En 1871, una mujer de raza negra, Elizabeth Freeman, que había sido esclava en Massachussets durante treinta o cuarenta años, fue golpeada en el brazo con un atizador caliente cuando defendía a su hermana de la ira de su ama. Ella se escapó a Great Barrington, su ama reclamó su retorno y perdió el caso, lo cual fue decidido basándose en la Declaración de Derechos de la Constitución de Massachussets, que establece que todos los hombres han nacido iguales.

Marion Hovey, de Boston, ofrecó diez mil dólares a la Escuela de Medicina de Harvard para que diera educación por igual a hombres y mujeres. Un comité aprobó la proposición, pero la oferta de la Hovey fue rechazada por el consejo de inspectores. Era en el año 1878.

Aunque había ganado un Premio Nobel, Marie Curie fue rechazada como futuro miembro de la Academia Francesa, simplemente porque era mujer. Más tarde fue la primera persona en ganar dos Premio Nobel.

Belva Ann Lockwood (1830-1917) se presentó a la presidencia como candidata del Partido por la Igualdad de Derechos en 1884, y de nuevo en 1888, en un tiempo en que las mujeres no podían votar en una elección nacional. Siendo la primera mujer que ejercía de abogada ante la Suprema corte, ganó un acuerdo de 5 millones de dólares en favor de los indios cherroquis, y fue ella quien presentó al primer negro del Sur para que ejerciera ante la Corte.

Victoria Woodhull, la feminista radical que se presentó para presidente en 1872, temía morir si cuando fuese mayor se acostaba en la cama. Pasó los últimos cuatro años de su vida sentada en una silla. Murió con 89 años en 1927.

Abigail Adams escribió a su marido en 1776: “Si no se presta particular atención y cuidado a las damas, estamos determinadas a fomentar una rebelión, y no nos podrá detener ninguna ley, en cuya promulgación no hemos tenido ni voz ni representación”.

En el siglo XIII, en Lübeck, la ciudad libre de Hansa en Alemania, confirió a las mujeres la misma capacidad legal en los negocios que a los hombres. También se les permitió pertenecer a organizaciones de trabajadores.

Dos mujeres piratas, la inglesa Mary Read y la irlandesa Anne Bonny, unieron sus fuerzas en 1719 cuando se encontraron por casualidad disfrazadas como hombres en el mismo balandro. Junto con un bucanero, el capitán Rackham, se apoderaron del barco. Cuando su nave fue capturada, después de muchos actos de piratería, las dos mujeres se encontraban entre los únicos tres piratas que seguían peleando sobre cubierta en lugar de rendirse. Cuando Rackham fue colgado, Anne le dijo: “Si hubieras luchado como hombre, no necesitarías ser colgado como un perro”. Las mujeres fueron mandadas a prisión, después de alegar gravidez. Mary Read murió en la cárcel de fiebre; habría sido colgada después de dar a luz. El destino de Anne Bonny no se conoce.

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